Mis orígenes son los más inciertos…
*Este borrador lleva guardado en la recámara desde hace mucho, muchísimo tiempo. Al menos dos meses. Advierto de que parte de lo que aquí hay escrito forma parte de mi, de mis intimidades más profundas e inadvertidas. De mi vida. Últimamente estoy aprendiendo a desnudar mi alma. Siento si puede herir la sensibilidad de cualquier persona, nunca fue mi intención.
Mis orígenes son los mas inciertos.
Aún teniendo padres, en muchos momentos he preferido ser huérfano. Este sentimiento de rechazo que me invadía en esos momentos de soledad estaba provocado y acentuado por la vida que se me ofreció, una vida sujeta al inadecuado trato recibido por parte de mis progenitores.
Bajo el manto de la inocencia puedo sugerir que en apariencia, durante mi infancia, pude haber sido feliz como muestran las fotografías, pero la verdad, hoy en día mirando con recelo al pasado, puedo decir con claridad que no fue así. La verdad tiene otra forma, otro color y otro significado muy diferente. No es que me hayan maltratado físicamente, pero si os diré que nunca he sentido ese calor de una familia que superase los problemas unidos y que coopera por una vida feliz por y para todos y cada uno de sus integrantes. No he sentido el amparo humilde y desinteresado, ni lo que muchos llaman «hogar» en su totalidad; ni mucho menos el amor sincero de unos padres que comprendieran lo que realmente me estaba sucediendo, viendo cómo mi vida se derrumbaba cada vez más rápido, sin frenos y yo sin absolutamente nadie que me tendiera la mano antes de caer en un precipicio abismal dónde la oscuridad trataría de invadirme y amargar con el oro de un limón todas y cada una de las gotas de mi sangre. Avinagrada o no, es ácida como se encuentra en estos instantes mi sangre.
A menudo medito en la antesala del Almacén de mis Recuerdos pero con alivio, alivio de haber superado el odio y el rencor del pasado. Esas emociones son agotadoras y las personas recalcitrantes aún más. No quiero toparme con individuos que no toleran la libertad ni la asunción de una vida diferente a la suya sin haber expresado previamente su ánima aversión con respecto a la de los demás. Esa es la ignorancia superlativa que muestran como estandarte, este tipo de personas intolerantes atacan a todo lo que no les es afín con el motivo y fin de expresar un pensamiento retrógrado y generalizado pero ni correcto ni adecuado.
He vivido tanto tiempo en el Imperio del Grito que en mi vida la sordera se ha extendido a todos los niveles. He visto y escuchado muchas cosas con las que jamás me identificaré. Por desgracia a mi me han enseñado a asumir con ingenua obediencia, a acatar sin rechistar. He sufrido en mis carnes auténticos dilemas que ponían en duda, en tela de juicio, mi cordura. Hoy por hoy, a buen entendedor, pocas palabras bastan. Y creo que cualquiera que haya leído estas palabras probablemente se ha percatado de lo que realmente quiero expresar. Una vez que te atreves a pensar por ti mismo obviando las insensateces baratarias de los demás, te das cuenta que la perplejidad es la primera estancia de un lugar sensacional donde tu opinión reina más allá de la de los demás por mucho que esta no sea jamás escuchada. Aún así merece la pena. El el Imperio del Grito no tiene sentido el silencio pero si el perdón. El perdón es lo más importante que existe. Y yo no he sido tampoco el hijo perfecto ni mucho menos.
El odio y el rencor no van a ninguna parte, jamás. Hay que tratar de olvidar ese tipo de sensaciones para que la vida se muestre mucho más fácil, más amena. No debe ser a través de la pasividad, sino a través de la razón que desvirtúe este tipo de pulsiones y pensamientos que inciden en emociones contraproducentes para los seres humanos. Emociones que dañan la esencia del alma humana. Debemos enfocar nuestro tiempo en alcanzar el sueño que una noche habíamos decidido agarrar y no soltar. La vida es breve, demasiado breve, tres veces breve en su superflua brevedad. No malgastemos nuestro preciado tiempo en odiar. Debemos hacerlo, es tan natural como amar, pero no enfoquemos nuestras derrotas en todo aquello que nos hizo llorar. No soñemos con la venganza ni dejemos que la soberbia nos empuje a convertirnos en lo que jamás quisimos, esa tempestad que tanto pudimos o llegamos a odiar, un día de estos, cualquier día puede llegar. De nada sirve tirar piedras sobre nuestro tejado porque la fuerza de aquellas piedras un día te pueden lapidar.
Hay que superar el pasado porque este se supera a si mismo con el influjo del tiempo. Nada se detiene, el mundo no se detiene. Lo vivo se muere, pero lo eterno jamás se olvida. La apariencia de su detención es un síntoma de la fragilidad que puede experimentar el cuerpo y por consiguiente el espíritu, la mente. Que mala es la ansiedad. Pero lo eterno está por encima de la realidad. Aún así la duda no ofende cuando se cuestionan las nociones básicas de eternidad. ¿Por qué… Qué es eternidad?
Del lat. aeternĭtas, -ātis.
1. f. Perpetuidad sin principio, sucesión ni fin.
2. f. Duración dilatada de siglos y edades.
3. f.coloq. Duración excesivamente prolongada. Esto dura una eternidad.
4. f.Rel. Posesión simultánea y perfecta de una vida interminable, considerada atributo de Dios.
5. f.Rel. Vida perdurable de la persona después de la muerte.
Tras leer las cinco acepciones de eternidad me estoy planteando la posibilidad de que realmente exista como tal. En mi ignorante entender, si cabe la existencia de la eternidad matemática entendida como constante, pero no como un atributo aplicado a lo «vivo». Bajo mi humilde decisión y opinión, rechazo la existencia de Dios – gracias Nietzsche, muchísimas gracias – y sobre todo al negar la mayor, niego todo el conjunto vinculado a ella como lo relativo a la quinta definición de eternidad que nos aporta el diccionario. Por tanto puedo valorar, de nuevo en mi humilde y humillante opinión, tan solo las tres primeras acepciones, siendo la segunda y la tercera exageraciones ficticias y por tanto humanas, que adjudican valores «divinos» a principios «humanos» como los siglos o los transcursos de tiempo propiamente «humanos». El tiempo, como dije antes, quizás sea lo único eterno. Pero aún así, aplicando la primera definición de eternidad como perpetuidad sin principio, sucesión ni fin obtenemos que el tiempo se detiene en el ahora, por tanto no es eterno. El fin se halla en el ahora bajo la interpretación intuitiva de la extensión del tiempo conocido relativo al último instante vivido, el ahora.
Por tanto, ni ahora ni nunca merece la pena malgastar nuestro tiempo con pensamientos improductivos y perjudiciales, nuestro limitado tiempo en la Tierra debe ser para volcarnos por completo en la consecución de nuestros mas preciados y deseados sueños. Mis orígenes son los más inciertos porque lo eterno está por encima de la realidad totalmente pero…
¿Y si no existe ni la perfección ni lo eterno…?
¿Y si no existe la realidad…?
Your own personal Jesus
Someone to hear your prayers
Someone who cares
Your own personal Jesus
Someone to hear your prayers
Someone who’s there
Feeling unknown
And you’re all alone
Flesh and bone
By the telephone
Lift up the receiver
I’ll make you a believer
I will deliver
You know I’m a forgiver
Reach out and touch faith…!